Vida, Pasión, Muerte y Resurreccíon de los Concursos de Arte.

A propósito de la 23 Bienal de Artes Visuales en República Dominicana.

Por Gilda Matos

En 1942 se inicia en el país el concurso de La Bienal Nacional de Artes Visuales, desde entonces, este acontecimiento se ha convertido en Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de los artistas y el arte dominicano. Así como en la Vida y obra de los concursos: Así como desde la antigüedad los concursos han servido al desarrollo de la creatividad y al avance de las artes. En Grecia, se organizaron “Las Dionisíacas”, fiestas religiosas en honor al dios de la fertilidad, el vino y el teatro.

Gracias a este concurso hoy disfrutamos del legado artístico de los autores trágicos de talla universal: Sófocles, Esquilo, Eurípides y de los grandes comediógrafos: Aristófanes y Menandro. El hecho de que la sociedad griega se instituyera como la cuna de la democracia influyó de manera rotunda en la organización de este evento, razón por la cual se practicó una metodología en la selección y premiación de las obras que hace honor a los valores democráticos y a la visión destinista de la concepción de la vida de los griegos.

El derecho a la participación y a las premiaciones eran otorgadas al azar a través de una rifa donde los espectadores elegían las piezas dramáticas ganadoras en el interés de preservar el derecho de participación del público y los artistas en el evento.

Así fue de avanzada la sociedad griega en la participación del público, como ahora en la vida de la presente entrega de la Bienal se retrocede al anular el derecho de expresión del público. Así como los romanos asimilaron la cultura griega, con ella sus costumbres y los festivales. Estos vinculados a las necesidades prácticas de la vida cotidiana y a la competencia deportiva como forma de fortalecer el poder del imperio.

Así como en el transcurso de la vida histórica de la Bienal, siempre ha servido de vitrina, adorno o maquillaje de los políticos de turno, en un afán de simbolizar en uno o dos eventos la gran responsabilidad de los gobernantes de turno en la inversión pública para el desarrollo de las artes del país. En la plástica, el anonimato de los autores impidió la realización de certámenes hasta la llegada del Renacimiento siglo XV y XVI; cuando los artista empiezan a firmar su obra y aparece el mecenazgo como forma de promover y mercadear el arte.

Un acontecimiento trascendental producto de la pérdida de un concurso en plena época renacentista, cambiaría el destino de Brunelleschi, para avocarlo al mundo de la arquitectura, tras su fracaso frente al ganador L. Chiberti, hoy la Historia del Arte cuenta con uno de los más grandes creadores del estilo renacentista del siglo XV. Así como en la vida de esta bienal se premia al arte fotográfico a una valla de ingeniería frente a la estética, técnica de un artista consagrado. Así como en el siglo XVII se alude a Caravanngio, pintor de tendencia barroca, quien introdujo el tenebrismo en la pintura.

En su biografía se hace referencia al detalle de que sus obras perdían los concursos organizados por la iglesia debido a que los vestidos de sus personajes no respondían a la túnica clásica .Así como en la vida de actual Bienal se requiere mostrar una imagen visual con dogma de contemporaneidad, no una expresión formal e icnográfica de alta significación para nuestra sociedad y el pueblo dominicano, como para poder ser merecedores/as de los premios de pintura, dibujo, cerámica.

Así como partir del rechazo en el concurso del salón oficial en Francia de varios artistas, surgió uno de los movimientos más significativos del siglo XIX “EL Impresionismo”. Este grupo revolucionaría la forma de expresión gráfica, que a partir de ese momento se colocarían otras características en la expresión pictórica: el culto a la luz y el color, en una manera distinta captar las escenas al aire libre.

En vez procurar una estética realista, se trataba de plasmar la impresión del momento con efectos atmosféricos, luz, color. Así como es necesario darle vida a la Bienal dando continuidad y relevancia de forma paralela, al evento que fundara el gran maestro de la plástica dominicana Silvano Lora, con una Bienal Marginal que posibilite más libertad, participación y equidad en las artes Visuales dominicana. Al comparar los anteriores datos, así como en la vida de los concursos, no solo se han desarrollado las artes; también han suscitado disgustos e inconformidades, controversias entre artistas, críticos y públicos por los cánones o criterios impuestos en la participación.

Desde finales del siglo XIX a los concursos de carácter oficial o estatal se denominan bienales, por su periodización de cada dos años, éstas se han extendido por todo el mundo, desde Venecia hasta la Habana. Entre las primeras inauguradas en Latinoamérica está la dominicana, nuestra Bienal Nacional de Artes Visuales, la que inicia en 1942, en los albores de la formación de la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo el amparo de un conjunto de artistas emigrantes de España.

La Bienal ha acompañado en su evolución al arte y los artistas dominicanos en una vida llena de turbulencias y desafíos a cada época de su edición, tratando de lograr la actualidad con las tendencias internacionales del arte, desde la inclusión de la fotografía como categoría libre en 1979 hasta la integración del performance, el video y la multimedia en el año 2003.

PASIÓN:

El concurso despierta el entusiasmo entre los creadores, críticos y conocedores del arte, el evento se fragua en el calor de las emociones, son muchas las expectativas que despierta el certamen.Los sentimientos afloran, se siente la necesidad de reconocimiento, validación de las múltiples expresiones estéticas, la entrega de los artistas es total: la pintura, la escultura, el dibujo, la fotografía , el video, la multimedia, los planos arquitectónicos, la cerámica, instalaciones, acciones plásticas y perfomáticas. Todos tras la carrera de la originalidad y contemporaneidad de las propuestas. La pasión por el arte arde hasta la inmolación o la obtención del gran premio.

MUERTE:

Camino del rechazo:Todo concurso de arte tiene la muerte como paradoja. El transito a la defunción se inicia con la etapa selectiva, el camino doloroso del martirio del rechazo al que son sometidos los artistas aspirantes a participar en la Bienal.

El jurado inquisidor esta integrado por cinco reconocidas personalidades de la crítica de arte, curadores y conocedores del arte quienes con un poder omnipotente deciden qué obras y cuáles técnicas serán recibidas al determinar cuando una pieza es realmente obra de arte y cuando no. Labor contradictoria con la visión actual y diversa del arte contemporáneo, donde las fronteras del arte no están tan claramente delimitadas, pues el camino es trazado por la ruptura, la novedad y lo sorprendente; planteado, en la mayoría de las veces, a través de una estética definida como dura y descarnada.

La decisión se deja a merced del gusto del jurado, o lo que es lo mismo, a la preferencia de modelos estéticos determinados de cada época, en este caso la actual. Pues el gusto en el arte, aunque pretende tener referencia de un valor objetivo de la expresión artística, es en realidad una capacidad subjetiva. La exclusión de obras y participantes es por lo tanto, fallecimiento del arte. Comino desleal: Con el ánimo de adjudicarle brillo y notoriedad al concurso, se permite la competición entre artistas consagrados o de probada trayectoria, con artistas que inician su camino o que no han recibido notoriedad pública en su haber.

Esta integración tiene como resultante una competencia desleal y una gran disyuntiva para el jurado, o desmerita a los consagrados o cierra el paso a las nuevas generaciones. Esto hace victima de muerte a los artistas y a la visualidad dominicana. Camino de mordaza: Una de las innovaciones más interesantes de las últimas bienales fue la cualidad de participante del público a través del ejercer el voto por la preferencia entre las obras expuestas, esta acción posibilitaba el dialogo entre la creación artística y el espectador.

Con toda razón como decía M. Duchamp: “En suma, el artista no es el único que realiza el acto creativo, pues es el espectador quien crea el contacto de la obra con su entorno descifrando e interpretando las características más profundas de la misma y suministrando así su propia aportación al proceso creativo”. Más aún, cuando la Bienal se plantea estimular el desarrollo de las artes plásticas y visuales dominicanas.

La eliminación del premio del público es acelerar la finitud del instante en el encuentro del objeto artístico con el perceptor o espectador.Camino a la dictadura de la crítica internacional: En el mismo orden en que nuestra economía tiende a la globalización, nuestra Bienal tiende a acatar las corrientes o los dictámenes de los patrones de otras bienales como la de Venecia, que marcan el rumbo de las características del arte contemporáneo, no ha sido casual que de manera similar a como ocurrió en el 2004 en Italia, la técnica del video haya resulto la gran favorecida, sin dejar de reconocer el gran mérito del video ganador en nuestro país.Es muerte para el arte dominicano acatar directrices internacionales a expensa del irrespeto a la identidad y la propia evolución de los procesos creativos que responden a un ritmo, a un entorno social y a una condición insular de nuestro arte.

RESURECCIÓN:

A pesar del largo rosario de lamentos, martirios y sacrificios al terminar el bienio todo se olvida, y del fondo resurge un nuevo credo que se apoderara de nuevas esperanzas: La Bienal Nacional de Arte Visuales camino a la purificación:· Con una real democracia en la participación del público y los/las artistas.· Con tributo y participación honorífica de los artistas consagrados y ex ganadores de anteriores bienales.· Con Valoración y respeto a la evolución del arte dominicano en pro de estimular identidad.

La real libertad creativa en las expresiones artísticas.Tras la inactividad en la gestión de proyectos artísticos, de las cenizas surgirá de nuevo, la ascensión a los cielos de una nueva entrega de los concursos de arte para La Vida, Pasión, Muerte y Resurrección del arte y los artistas dominicanos.