EL ELEGIDO, SÁTIRA SOCIAL DE UN POLÍTICO

 

                                                                                                  Por Gilda Matos

Un teatro para reír y pensar a través  de un tour psicológico del  político y su doctora. La obra de Alexandre de la Patellieére y Mattheu Delaporte a partir del  “El Electo” de Ramón Mandula.  La temática con fuertes conexiones sociales, políticas y humana, trata de los dilemas del poder en tiempo de discursos triunfalistas personales, de empoderamientos que esconden dramas, complejos  desarrollados en el ceno familiar.

En ella vemos a un político por dentro en una sociedad enferma  de marketing publicitario para acceder al  gobierno. Es una sátira social que persigue develar conductas deshonestas  de individuos con representación pública, aunque a nivel psicológico, debe exponerse ante la comunidad.

La dirección de Raúl Martín Ríos, conduce el espectáculo consiguiendo tal naturalidad, con una apropiación  orgánica del  texto, que realmente nos imaginamos que los personajes en su roles, han salido de nuestra  realidad dominicana.   Un montaje limpio, sencilla escenografía donde las luces y la música juegan un  rol importante en la atmósfera real y psicológica  de las escenas. El director cubano logra un montaje de calidad, además de reunir el nuevo grupo de Teatro El Duende, un gran equipo con la producción de Solanyi Gómez, luminotecnia, Julio Núñez, Maquillaje, Francisco de la Cruz (CONANI), Afiche, Miguel Antonio Esquerré, y Amín Toribio Gómez

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Una de las mayores fortalezas del montaje es la parte actoral, a cargo de dos destacados teatristas dominicanos, Karina Noble memorable directora del Festival Nacional e Internacional de Teatro de Santo Domingo, muchas veces premiada y reconocida en su labor de actriz por más de 35 años en las tablas  y Richarson Díaz, actor, profesor y dramaturgo premiado y galardonado.

Los actores nos contagian en el tour psicológico hasta la terapia, con sus papeles ajustados al perfil actoral y físico, como si hubiesen emigrado de los escenarios reales a la sala Cristóbal de Llerena de Casa de Teatro.

 Desde las Sátiras de nuestro dramaturgo nacional Franklin Domínguez no habíamos presenciado una pieza teatral  que nos revele la psicología de un político de nuestra contemporaneidad dominicana para hacer reír y pensar ! Hacía falta!