MONÓLOGO PARA UN AUTOR, INGENIO Y CREATIVAD EN EL TEATRO DOMINICANO
Desde la platea del IX
FEIT DE BOLSILLO 2021, celebrando los 30
años de la historia de éxitos del Teatro
Guloya , nos encontramos con el ingenio
y creatividad teatral de la generación
del noventa, que desafía la tradición con el ingenioso texto “Monólogo para un autor “,que
desarrolla una propuesta escénica potente
y creativa que agudiza la atención y el
intelecto del público presente.
A pesar de que el monólogo es uno de los géneros teatrales más
difíciles para los dramaturgos, actores
y directores, en este espectáculo se demostró que no hizo falta el intercambio
de diálogos y presencia física de otros personajes, si se cuida la función estética,
la originalidad y la inventiva en la dramaturgia y en la dirección del montaje
de este género que llega al público con solo dos formas posibles, o impacta por
el virtuosismo y la esencia de la verdad artística o se convierte en un sufrimiento
similar a una predica que no atrapa la inteligencia, ni las emociones del público
presente. No es el caso, del Monólogo de
Richarson Díaz e Indiana del
Teatro Ícaro por las siguientes razones:
El Autor:
Richarson Díaz es el
dramaturgo que un argumento propio de la creación artística y literaria en la relación de un autor con la vida y
muerte de los personajes que intervienen en su obra, exponiendo un conflicto de
lucha por la supervivencia de cada uno, en un contexto simbólico de las
relaciones de clases sociales que se enfrentan en un mundo con estructuras de
poder, a través de revelaciones en un
monologo de acción y comentario ,que permite a los espectadores ir siguiendo
con atención el conflicto y los hechos de los protagonistas y antagonistas de una línea dramática ,intensa, ágil, enigmática y con desenlaces inesperados .
Richarson en esta obra plantea de forma dramática y casi idéntica, las mismas reflexiones de nuestro destacado dramaturgo dominicano Manuel Ruedas, quien en un ensayo leído en el año 1997 en un encuentro realizado en la Casa del Artista , donde en este magnífico autor, explicó cómo los personajes de sus obras adquirían vida propia , dictando el camino y desenlace a seguir y el conflicto que esto generaba en su conciencia del autor al momento decidir el rumbo de los acontecimientos y sobre todo la sentencia de muerte resultante de la lucha de él y la autonomía sus personajes. Hoy Richarson Díaz, dramatiza el tema en este ingenioso monólogo y nos conecta con ese mundo que acontece en entre los dramaturgos dominicanos, inscribiendo los nombres de los más contemporáneos en la propia corporalidad del actor.
Esta pieza es relevante por la perspicacia demostrada por Díaz al reunir en un texto aparentemente corto, sin rebuscamientos, pero a la vez resonante en sus dimensiones con el contrasentido de la vida y la muerte, la sociedad, la filosofía y el debate existencial de un artista de cara a su proceso creador y sentidos del mundo del arte, un triangulo perfecto autor-personajes-mundo fáctico de la realidad de nuestra sociedad.
Al encuentro con la lectura del monólogo percibimos un texto
evocador de imágenes, de cultura latinoamericana, muy cerca de los autores del
realismo mágico de García Márquez y Juan Rulfo, en la primera lectura lo
imaginamos cual si fueran parte del séptimo arte, más, al presenciar la obra
desde la butaca recibimos un conjunto de acciones, imágenes y música,
gestualidades con un sentido plástico de la presencia de los elementos de la escena creando
significados y sentidos de una historia original.
La directora
Indiana Brito aborda el montaje desde una estética contemporánea,
que busca transformar en signos todos elementos de la escena, las luces móviles
se convierte en escenografía, utilería o
artefacto sígnico ; nada se le escapa en su escritura escénica, desde el
ambiente escenográfico de cámara negra, el ritmo intenso de las acciones,
narraciones, música, luces. La directora transforma todo en
partitura escénica logrando unidad del conjunto de la puesta de un texto atractivo que se hace humano ante
la visión creativa, con los elementos esenciales para comunicar el universo de
los múltiples sentidos de la pieza.
La mayor fortaleza de su trabajo artístico es lograr una
puesta, dinámica, ágil y significativa del unipersonal que reivindica el disfrute
y buen gusto por los monólogos en el teatro actual.
El actor
Richarson Díaz es el actuante central
y fundamental de los roles representativos en el monólogo, con la ventaja de haberlo
escrito, juega de forma orgánica, lúdica con la interpretación de los distintos personajes,
sin ser una actuación realista asume el acto comunicativo actoral desde la
danza, el clown o el narrador distanciado, versatilidad que dinamiza el
espectáculo. Un hecho a destacar es la especie de magia engañadora expectante que
provoca el actor en el público que atrapa a atención, con gran fluidez entre los diálogos de un personaje y otro.
Sin dudas el actor se coloca a la altura de propio monólogo.
Bajo la paradoja de que ningún monologo se realiza solo, el espectáculo
contó con el apoyo técnico-artístico de Camilo Landestoy en musicalización, en
aspectos técnicos de Julio Núñez y Aileen Said y Solanyi Gómez en la producción
ejecutiva.
Gracias al Festival de Teatro de Bolsillo por traernos el
ingenio y creatividad del Monologo para un autor de Richarson Díaz Indiana Brito del Teatro Ícaro. ¡Qué vivan los monólogos en teatro dominicano!
Comentarios
El arte se considera como un medio de exploración de las potencialidades expresivas del ser humano y de la integración entre inteligencia corporal intuitiva y inteligencia mental consciente, y también como un canal de transmisión de emociones dentro del artista y entre el artista y el espectador.
Lo importante es que tengamos claro, que el teatro es un arte representativo, por medio del cual contamos una historia, a través de darle vida a los personajes de ese libreto, prestándole a los mismos, nuestra mente, sentimientos, cuerpo, voz y espíritu, para ser representada en un escenario ante un público.
estefany zapata
seccion 29