ARTE: TEATRO DE ENCUENTRO CON LA CONTEMPORANEIDAD EN LA DIFERENCIA
Por Gilda Matos
Sentimos un verdadero deleite y contradictorio encuentro del arte y la vida en
nuestras existencias, al presenciar la puesta en escena de la obra ARTE de Yasmina
Reza, dirigida por Elvira Taveras e interpretada Francis Cruz, Henssy Pichardo
y Richard Duglas.
En la literatura dramática son escasas las oportunidades de estrechar la
estética y la vida como en esta obra, que sitúa al ser humano en una visión
contemporánea llena de individualidades, percepciones distintas sobre la
verdad, lo bueno, la sensibilidad y el gusto por la belleza. Esta pieza, pone
en relieve los grades debates actuales sobre el arte moderno y contemporáneo en
una perspectiva humanizadora del sentido
estético de la vida, al acercar de esta
manera a las contradicciones y conceptos sobre la razón de ser del arte, debate
que introdujo el filosofo alemán en 1807, cuando analizó en su obra “Fenomenología
del espíritu”, cómo la razón no es
suficiente para llegar a la verdad, que el ser natural y humano cobra
conciencia sólo en el mundo del espíritu, y he ahí la importancia del arte ,
ese equilibrio entre la razón y los sentimientos, como expone de manera
magistral la autora de esta trama filosófica y existencial de los personaje
envueltos en el conflicto que nos presenta.
Esta obra teatral se ha presentado en todo el mundo y traducida a treinta y
cinco idiomas, lo que le permite afirmar a José María Pou, director de Teatro
Goya, “ARTE se ha convertido en un clásico contemporáneo”, además de que
encierra el sentido de la época actual en las continúas luchas por las diferentes
percepciones del mundo.
En República Dominicana Arte, adquiere significado especial en un momento
en que en nuestro país se desarrolla una campaña de intolerancia, racista y de marcar fronteras de un ser humana contra otro, sin tolerar las diferencias culturales y
desconociendo importancia de conservar
las relaciones fraternas con el vecino para una mejor convivencia humana. Esta pieza da lecciones
sensibles sobre la necesidad de amar al “otro”.
Elvira Taveras con su ojo artístico, escoge el mejor elenco para este
espectáculo, los personajes se descubrieron en el escenario, en sus dimensiones
psicológicas, acciones físicas dejando fluir sus características personales
encontradas en los personajes del texto dramático de Yasmina Reza. Advertimos una
presencia orgánica en cada uno de ellos, Iván,
representado por Francis en una tonalidad de matices de personalidad
ambivalente, inseguro; Manuel, personificado
Henssy, tozudo, en su claridad oscura se pierde del espíritu del disfrute de la
vida; Sergio, actuado por Richard, seguro en su felicidad de Séneca, con
herramientas y conceptos para la sobrevivencia necesita de las debilidades de
los demás en su vida.
La puesta en escena establece un diálogo
que distancia los personajes de la acción, buscando una conciencia brechtiana
de los hechos que van sucediendo en el argumento. La escenografía de Miguel
Ramírez un tanto minimalista y funcional,
ambientada en colores grises ofrece el marco adecuado para el espectáculo.
Yasmina Reza es estupenda e inteligente en esta obra de la contemporaneidad del ser, en una época donde
no hay postulados absolutistas, ¡quiérase o no la ilustración ya pasó!...Ahora
demos paso a la experiencia del amor, la diferencia, autoconciencia, la tolerancia,
la estética de la felicidad a través del ARTE. ¡Aplausos!.
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