Miradas a retratos de mujeres por la paz
La
expresión estética de este evento se realiza a través del retrato artístico, bajo
una selección libre y personal de cada creador participante, con la sola idea motivadora
de: ¿por qué escogí a la mujer de mi
retrato? Los creadores responden plasmando líneas, rayados, manchas en un
discurso de rostros donde se divisa el impacto de sus miradas a grandes mujeres de colosales
batallas humanas, religiosas, sociales y políticas.
La modalidad del retrato ha estado presente en
todas las épocas de la Historia del arte, por la razón que argumenta Francisco Calvo, 2005:
“El retrato es una revelación. Es la revelación
del personaje. Es él como nunca conseguirá verse a sí mismo en el espejo, como
no conseguirán jamás verles sus familiares, sus amigos… Se dice que la
fotografía tiene precisión, pero lo cierto es que nunca podrá llegar a una
precisión, a una penetración tan profunda, y este solo tiene un ojo. Y al
pintor no le bastan los dos ojos, entre los que se alterna la visión, sino que
necesita un tercer ojo: el ojo de la inteligencia.” El retrato nos muestra el personaje por dentro
y por fuera, llevándonos a la esencia de
su vida, con el fin eternizarlos, tal como
en el Renacimiento fue capaz de hacerlo, Leonardo da Vinci con La Monaliza.
Hoy más que nunca, se necesita un arte que valore, en medio de la discriminación femenina y violencia género , que ayude a revelar y documentar la vida y obra de las grandes mujeres dominicanas y del mundo, desde la mirada sensible, como exponen el conjunto de artistas dominicanos participantes en este evento: Ana Josefina Garrido, quién trae Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz 2014, nos la pinta con la mirada esencial de la educación , equidad y justicia; Lucía Méndez, nos revela a una Yolanda Guzmán de rostro azul , dejando ver su espiritualidad y firmeza de carácter de esta luchadora contra la dictadura de Trujillo y su martirio por la Revolución de 1965, Mercedes Ricourt, presenta a Rigoberta Menchú ,líder indígena guatemalteca, con una sonrisa inquisidora, que le hizo traspasar la barrera de la discriminación a los Mayas –Quechua y luchar por la participación democrática de los pueblos indígenas originarios. Kelvin Capellán, pinta una Mamá Tingo, iluminada de palomas de paz, en representación de los ancestros culturales de la negritud caribeña. Wilson Santana, con sus manchas impresionistas comunica una mirada espiritual a la bondad de Madre Teresa de Calcuta, Ana Pérez, visualiza el vuelo de mariposas de Minerva Mirabal, llama a la atención en su interpretación la amplia sonrisa, comunicando la alegría y victoria del sacrificio del personaje por la libertad de la nación dominicana . Ana María Henríquez, nos idea una Hilda Groutreaux en actitud bélica combatiente por la libertad, la justicia y el derecho de los presos políticos. Ira Gullón a Benazir Bhutto, Primera Ministra de Paquistán, elevando su rostro con un simbólico manto rojo sobre el pueblo Islámico, presagiando derramamiento de sangre y la victoria del futuro, a este grupo se integran otros artistas: Jennifer Martínez, la luchadora Evangelina Rodríguez, Denia Santos con Juana Saltitopa, José Ramón Medina con Rosa Parks Tony Espallat.
Con esta actividad se demuestra el interés de la
gestión cultural de Ana María Henríquez en resaltar el valor de la feminidad en las
luchas sociales de cada uno de los países representados por las procedencias de
los personajes interpretados en este evento, revelando una mirada estética de
nuestros artistas dominicanos.
En definitiva, este encuentro visual a través del
retrato es un aporte a la visualidad del rol protagónico de las mujeres en sus
luchas por la Paz de la humanidad.
Por
Gilda Matos
Historiadora y Crítica de Arte.
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