JOSÉ PARRA, QUIJOTE DE LA PLÁSTICA EN SANTIAGO.
Santiago de los Caballeros tiene su Quijote de la plástica que empieza a cabalgar todos los días a las 5:30 am con el primer un rayo de sol que se asoma por una rendija de su ventana, se traslada, no con Rocinante, sino con silla de ruedas hasta llegar a su habitad: El taller de sueños, materiales, colores, formas, imaginación, creatividad y experimentación.
Sus armas son sus manos sabias por el paso del tiempo, no han parado de trabajar desde 1977, al pintor del pueblo, los amigos cercanos y los extranjeros les solicitaban encargos artísticos: paisajes, marinas, coches flamboyanes, obras que han viajado a varios continentes y hoy forman parte de colección andante.
Parra es autodidacta, el aprender de los maestros y de sus propios descubrimientos forman parte de su sabiduría e intuición pictórica, que transforma en secreto de técnicas que habrá que descubrir cómo las ejecuta con el pasar de los años. Sus maestros, no formales, fueron Bolívar Quiñones, Rafael Aybar y Osvaldo Domínguez quienes les enseñaron el arte del pincel para imaginar y pintar las representaciones pictóricas santiagueras para el mundo.
En su etapa figurativa incursiona en diversos estilos y tendencias,
impresionista, expresionista relacionándose con las técnicas y obras de los más connotados pintores vanguardistas, conformando de esta manera, su “yo” de pintor moderno y contestatario.
impresionista, expresionista relacionándose con las técnicas y obras de los más connotados pintores vanguardistas, conformando de esta manera, su “yo” de pintor moderno y contestatario.
Después de pintar para la sobrevivencia del oficio decide entonar colores por sus sueños del artista, inventor atrapador de imágenes sin ninguna relación con la realidad, que no sea ese mundo interior que todos tenemos en nuestro ser viviente.
Para encomiable misión, dedica días y noches a investigar los maestros del arte Abstracto del mundo:La sueca Hilma of Clint ,Wassily Kandisky,Jackson Pollok, Jhoan Miró, de los cuales descubre el secreto de la esencia de esta tendencia artística en la idea de Kandinsky en su libro “De lo espiritual en el arte”, donde el pintor define como “La mirada interior de comunicarnos los secretos a través de los secretos “ con la idea de que el arte abstracto lleno de profundos ,incognitos y escondrijos sentimientos humanos expresados a través de formas, manchas, líneas, puntos ,huellas del espíritu del hombre en la visión del mundo y el cosmos.
Destaca el crítico ruso Dmitri Sarabiánov:”La inaccesibilidad e inmensidad del mundo es un enigma al que Kandinsky se acerca con conciencia. Construye sus suposiciones sobre cómo es el mundo basándose en la intuición, en los ímpetus metafísicos, lo que le provoca asociaciones cósmicas.
El pintor está situado como si estuviera sobre la superficie de la Tierra, creando con su fantasía mundos que en su turno forman parte del caos”.
Las anteriores reflexiones son las que se muestran presentes en el Quijote de Santiago, José Parra que abraza este estilo abstracto en la madurez de su vida, mirando la pintura con los ojos del alma desde su silla de rueda y su bastón.
Con su intuición experimenta con Dripping, (gotear, chorrear) técnica de la que fue pionera Janet Sobel, artista ucraniana-estadounidense, que bajo la influencias de los informalistas de la action painting, de los años 50.
Sus pinturas poseen formas y colores propios del gusto del pintor, en sus obras de acrílicas sobre lienzo, papel o cartón logra tonalidades y armonía con ritmo de colores reveladores de energía vital.
Parra, en sus andanzas en el oficio de la pintura realizó casi un centenar de participaciones en exposiciones colectivas, es el año 2019 donde presenta su primera muestra individual en el Palacio Consistorial de Santiago titulada “El ave Fénix” con la cual renació como artistas después de largas batallas con la salud .
Las obras presentadas lograron impresionar al público por la creatividad del artista mostrada en la gran variedad de soportes y formatos de sus pinturas y en las posibilidades perceptivas que despiertan en espectador.
Las piezas expuestas en esta exposición son evocadoras de la imaginación, las formas, los colores activan el cerebro de quienes las observan: formar zoomórficas, mares, paisajes, ríos de colores que se mezclan en formas orgánicas, qué a impresión del ojo del perceptor, capta escenas, figuras y relatos que no existen solo en la imaginación del que las ve en un especie de trance espiritual, éxtasis de colores que deleitan y emocionan.
José Parra, a sus 67 años seguirá como el quijote cabalgando con sus pinturas por llanos y llanuras de Santiago, corazón del Cibao.
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esefany zapata
seccion 29