MUJERES EN EL ARTE




POR GILDA MATOS


El libro Mujeres en el arte, de la autora española Amparo Serrano de Haro, provoca una profunda reflexión sobre las miradas de que son objeto las mujeres y los roles desempeñados por éstas en la historia del arte.

En el mismo la autora elabora su propia conceptualización sobre el arte feminista cuando dice: “El arte feminista no es una metodología, ni un estilo determinado, es una posición ideológica que propugna una revisión de conceptos desde una voluntaria alteridad que hace saltar por los aires convenciones y jerarquías”.

Esta idea inspiró la realización del video “Mujer objeto o sujeto” realizado por quien les habla en el 2002, tanto en su parte textual como en la selección de las imágenes.

En Mujeres en el arte Amparo Serrano, construye un texto comprometido con la visión del género femenino, tratando de desmontar las ideas, mitos y prejuicios adoptados por los historiadores arte a partir del renacimiento.

Como leit motiv para su investigación, la historiadora parte de las siguientes interrogantes: “¿por qué no hay grandes artistas que sean mujeres? ¿Por qué no hay un equivalente femenino de los grandes genios masculinos de la humanidad?

Estas preguntas encuentran respuestas sagaces y apasionadas en cada uno de los seis capítulos del libro, desmontando prejuicios en las artes plásticas que califican a la mujer “de copista esforzada, de seguidora con talento, de imitadora fiel; pero nunca de creadora, de genio, de innovadora”.

En el primero de los capítulos se refiere al argumento biológico.

Enfoca la hipótesis de que el cerebro de la mujer es más pequeño que el de hombre, que el hecho de tener hijos les quita capacidad para el trabajo creativo y resalta la forma peyorativa utilizada por la crítica del arte para relegar la labor artística de la mujer al ámbito de lo doméstico, lo trivial, y lo anecdótico.




La autora derriba estas afirmaciones de forma contundente con el siguiente argumento “el arte tiene el privilegio de convertir lo individual en universal, lo personal en político”

De ahí que pierda efecto analizar las obras femeninas tomando en cuenta sólo la vida privada de las artistas, pues la vida siempre estará ligada a la obra de los artistas, sean del género femenino o masculino.

En el segundo capítulo, apunta al conflicto central del tema: el hombre y la mujer en los dos lados del espejo o lienzo, esto es, el hombre como sujeto activo que mira (desnuda con la mirada a sus modelos, usualmente sin ropas) y la mujer como objeto de esa mirada.

Producto de esta relación, la sociedad ha situado a la mujer bajo el siguiente esquema: “al hombre como pintor, a la mujer como modelo”.

Apunta la autora, que la historiografía clásica presenta excepciones a esta regla, aunque en el fondo se mantiene una actitud discriminatoria hacia las mujeres, al ser presentadas, afirma irónicamente, como “seres más exóticos que extraordinarios; casi del mismo orden que los perros sabios, los loros poetas o los monos matemáticos”.

En el tercer capítulo desmonta el mito de la mujer artista y su compañero o marido.

Aquí, el protagonista será siempre el marido, quien aparece como descubridor de talentos, el gran mecenas, mientras que la artista resulta ser una hechura o sombra que debe su crecimiento y desarrollo a éste.

Cita al respecto los casos de Diego Rivera y Frida Kahlo, de Lee Miller por Man Ray , de Camille Claudel por Auguste Rodin, Lee Krasner y Jackson Pollock, entre otros.

En los últimos capítulos define la trayectoria liberadora de las mujeres en el arte; plantea la búsqueda de una estética propia, la feminista, con dos opciones principales.

La primera consiste en la formulación de una contra-estética feminista que cuestiona la neutralidad de la cultura dominante, un modo de desafiar el sistema masculino que necesita ser de-construido.

La segunda, es una respuesta estética esencialista “que equivale a considerar la femineidad como un concepto eterno y sin capacidad de evolución”, posiciones que al presentar limitaciones evidentes son cuestionadas por la autora; la primera por radical y la segunda por idealizada.

Sugiere en cambio, promover una serie de rasgos que aunque no son exclusivos del arte de las mujeres, son más frecuentes en la creación feminista:

-“Un deseo de expresar lo personal
-Importancia del fondo o tema, sobre la forma.
-Relación entre el arte y la experiencia cotidiana
-Relación entre el arte y la naturaleza
-Búsqueda de lo femenino
-El papel de la crítica como elemento activo
-Revalorización del fragmento o detalle aislado”

También aborda nuevos caminos que establecen conexiones con la imagen de mujer-flor y mujer- naturaleza, en las cuales el concepto de lo feo y lo bonito desaparece para dar paso a la apropiación del mundo natural, donde los prejuicios de la sociedad en desarrollo aún no han contaminado la configuración de una feminidad primitiva.

Por último, plantea que el arte nos une a todos y todas en un solo fin, propugnando por un nuevo arte que trate de abrir el cause de la sensibilidad en contraposición a una civilización en la que la retórica de la imagen funciona para anestesiar nuestro sentidos

Este es el reto al que se enfrentan los artistas, hombres y mujeres del futuro, concluye.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
inicio diciendo que pienso igual que
La expositora Eepañola amparo Serrano

ella plantea que el arte noune atodas
en un fin por que por que somos objeto ,la mujere y los Roles decenpeñados por estas en la historia
del arte.
Anónimo ha dicho que…
inicio diciendo que pienso igual que
Laexpositora Española amparo Serrano
Ella platea que el arte no une atodas
en un fin por quepor que somos objeto
,la mujer y los Roles decenpeñado por
estas en la historia del arte

ysabel lara
matricula-cd-5629
introducion alaestetica
secion-11
profsora-jirda mato

Entradas populares de este blog

Síntesis histórica de la Estética, por varios autores(WIKIPEDIA)