JOSÉ MORILLO, UN CONFESO NAIF INTERPRETANDO LA VIRGEN MARÍA DE AMÉRICA

Por Gilda Matos

“Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen”.  San Juan Damascemo, Teólogo .

Por Gilda Matos

¡Quién le hubiese dicho al Concilio de Trento en el siglo XVI, que un confeso Naif de República Dominica interpretaría la imagen dogmática de la Virgen María de América! José Morillo con su mirada visual, cultural y estética realiza una lectura iconográfica iconológica de La Virgen santísima madre de Cristo.

El pintor no interpreta la imagen dogmática religiosa al estilo renacentista, con ideal de perfección humana, sus trazos no tienen ensoñación y ni delicadeza y muchos menos el esfumato de D´Vinci. El artista la dibuja, la pinta y la imagina como un confeso Naif.

Un naif del Caribe, no pretende ser como Rousseau en Francia, su pintura no es tan ingenua, tiene la fantasía propia del Pueblo Dominicano, sus imágenes reflejan una dimensión sociocultural al declarar un modo de interactuar entre lo religioso y lo popular con su percepción de la realidad.

La representación del símbolo de la Virgen María se inicia en periodo Paleocristiano en las catacumbas en el siglo II y III después de Cristo, bajo la persecución del Imperio Romano, hasta su oficialización en el periodo Bizantino bajo el Edicto de Milán en año 313. A partir de entonces, la Virgen María se convirtió en la imagen iconográfica más importante de la Historia del Arte, imagen que renace ante los ojos de un artista al pintar “La Madonna” o en un intento de atrapar la espiritualidad de grandeza de la madre del mesías.

Hoy en el Museo de la Altagracia del Obispado de Higuey de República Dominicana asistimos a la exposición curada por Sergio Barbieri y Juan Julio Bodden que compila las vírgenes de América, con una especial mirada a nuestra Virgen de la Altagracia.

Esta muestra es un aporte sociocultural a las creencias religiosas entorno a la imagen de la Virgen nuestra, denominada Patrona de los dominicanos, con una visión que respeta el símbolo religioso, a la vez que interpreta el imaginario del pueblo y sus significados . José Morillo nos presenta una imagen que sin dejar de ser mística se hace humana ante el público, es una madre sencilla, con un entorno cotidiano y muchas veces simbólico comunicando la idea de protección, humildad, sencillez.

Los signos visuales que utilizan lo toma del código religioso católico y representaciones de inspiración civil, entre los más comunes están los ángeles, flores, estrellas, animales, el sol, la luna, planetas, palomas. A los que agrega, con toda intención, elementos más cotidianos y costumbristas como las procesiones en honor a la Altagracia, las naranjas en alegoría a las apariciones, elementos y personajes populares, flores cayenas y margaritas.

El contexto Latinoamericano es enlazado a través de las distintas representaciones de la imagen de la virgen, con diferentes mensajes y fisonomías. Situando escenas estremecedoras de alto contenido social, al mostrar el cuadro de la Virgen del Cobre de Cuba protegiendo bajo su manto la huida en yola de balseros cubanos.

José Morillo, confeso Naif, interpreta la belleza y caracteres de la Virgen María de América a luz del Caribe con sus colores calientes y perspectiva frontal, en un encuentro visual religioso para disfrutar de su arte y el imaginario popular.