EL TEATRO PROMISCUO AL FESTIVAL NACIONAL DE TEATRO DE REPUBLICA DOMINICANA SIN TABUES Y ASUMIENDO RIESGOS

POR GILDA MATOS

El Teatro Promiscuo impacta al público con la osadía de llevar a escena temas tabúes.

EL PÚBLICO

Los asistentes a la presentación preinaugural del Festival Nacional de Teatro el 6 de junio en la Sala Monina Solá del Centro Cultural Narciso Gonzales, del sector de Villa Juana de Santo Domingo quedaron impactados, mudos, boquiabiertos frente al discurso teatral de las piezas Tres cigarrillos y la última lasaña, de Fernando Bonassi y Victor Navas, y Dentro, de Newton Moreno.
La mayor conmoción la recibieron en la obra titulada “Dentro” pues esta trata de forma desenfadada la relación de una pareja homosexual. Durante el desarrollo de la presentación muchos de los presentes, advirtieron su homofobia cuando sintieron la necesidad de cerrar los ojos para no “pecar” con la mirada al presenciar las escenas de sexo entre la pareja masculina que realizaba el juego erótico atrevido y poco convencional en el contexto de la escena teatral en el país.

La reacción del público dominicano es comprensible, ya que no está acostumbrado a este tipo de espectáculos que chocan de forma directa con los esquemas tradicionales y los prejuicios morales que se predican en nuestra sociedad y a la cual no escapan nuestros escenarios teatrales.

Sólo en contadas ocasiones nuestros artistas han tenido el arrojo de presentar desnudos masculinos o femeninos, pero casi siempre, matizados con efectos de luces, maquillaje y atmosferas etéreas que envuelven las escenas en una plasticidad idealizada que las aleja de la vida cotidiana de los espectadores.

La presencia de este colectivo brasileño, en calidad de invitado al Festival Nacional de Teatro, se constituye en es una ocasión propicia para conectar al público con los temas propios de la contemporaneidad donde las voces de las minorías y el destape de temas “prohibidos” toman protagonismo en los escenarios del mundo artístico en sentido global, como lo muestra la coincidencia del beso lésbico de Bullock y Johansson en los MTV Movie Awards en los Estados Unidos de América, el mismo día y a la misma hora en que se presentó la obra de teatro de Brasil en Villa Juana.

Desde nuestra postmodernidad caribeña somos testigos de la mentalidad “Open –mind”: una mente abierta capaz de aceptar nuevos paradigmas sociales, morales, éticos y políticos; de desaprender lo aprendido durante las décadas de nuestra existencia. Este interesante espectáculo, nos compele a abandonar el “pudor” como individuos que formamos parte de un colectivo, para disfrutar sin censura, prejuicio o veto, de la creación artística, desde la mirada de un público que asiste a un ritual en donde se encuentran la poesía y la cruda realidad.

LAS OBRAS

Las obras representadas nacen de la Muestra de Dramaturgia Contemporánea en Brasil, evento donde resultaron ganadoras “por ser prototipo de una profunda osadía e innovación en la escena paulista”, afirma Samuel Hernández, del Portal de Casa de las Américas.

La primera pieza, Tres cigarrillos y la última lasaña, de Fernando Bonassi y Victor Navas, es un monólogo interpretado con gran organicidad por Renato Borghi, y caracterizado por la precisión, limpieza y el uso adecuado de los recursos de la escena. La escenografía con recursos mínimos, contribuye delinear los rasgos simbólicos del sentido de las escenas.

El actor desarrolla con gran dominio la complejidad psicológica por la que atraviesa el personaje, a partir de la mutilación de su mano derecha y a la sustitución por otra trasplantada. El conflicto dramático se presenta en el dilema cuerpo-sujeto, y la relación con lo propio y lo ajeno, que llega a lesionar no solo su físico, sino también su propia identidad.
El elemento narrativo se torna interesante, al unificar la narración del personaje y la narración gráfica traducida al idioma español y al mismo tiempo, su utilización ingeniosa como fondo escenográfico, como efecto de distanciamiento, aprovechando al máximo el uso del recurso tecnológico.

La segunda parte del espectáculo la formó la pieza Dentro, de Newton Moreno con la dirección de Nilton Bicudo, que estuvo precedida de una advertencia al público sobre el contenido de la obra, no apta para menores de 18 años, alerta que pretendía evitar la repetición de la estampida desafortunada de parte del publico del día anterior.

Con una temática de actualidad, enfoca una modalidad en las relaciones homosexuales, el “fitsfucking”, con una estética “porno”, según declara Renato Borghi; sin embargo, muchos de los presentes, no advertimos la intensión expositiva y pornográfica, más bien, estuvimos presenciando, fisgoneando, del otro lado de la cuarta pared, una escena de total intimidad entre dos personas, en una relación fría, prostituida y deshumanizante.

Aunque la temática homosexual pudiera parecer un tanto esnobista en el mundo contemporáneo, en el arte no es una simple moda, es un medio idóneo para revelarnos las “esencias” de los problemas de la naturaleza humana, incluyendo la sexualidad como medio de mitigar la soledad en la búsqueda del amor.

Las actuaciones de Renato Borghi y Elcio Nogueira Seixas revelan gran profesionalidad en sus carreras, compromiso total con la escena, fuera de prejuicios morales, dilemas y confusiones entre la persona, el actor y el personaje.

Y es que según el gran maestro J. Grotowski: “…El actor dentro de la obra, del espectáculo, ofrecerá su confesión, su cuerpo y alma desnudos, su yo intelectual y biológico. Mostrará todo aquello que la cultura y la vida cotidiana le impiden mostrar” . En este sentido, ¡trasformemos al teatro en promiscuo!