TEATRO GULOYA DIVIERTE CON LO PUPULAR EN EL FESTIVAL NACIONAL






POR GILDA MATOS

Lo popular siempre ha estado presente en el trascurso de la Historia del Teatro en el acontecer de la humanidad. En Republica Dominicana esta tendencia cobra fuerza en las décadas del 70 y del 80, que unida a un gran movimiento cultural despierta, en aquel entonces, una efervescencia juvenil con ansias de obtener reivindicaciones políticas y sociales.

La agrupación teatral Teatro Guloya es uno de los grupos estables y representes de los más fieles exponentes del teatro popular en el país, desde los inicios de sus fundadores, Claudio Rivera Y Viena González, en los años ochenta en el Teatro Proyecciones de INTEC ha sido una tendencia constante de su trayectoria artística.

El Teatro Guloya en su participación en el Festival Nacional de Teatro (2010) une lo popular, lo circense y la locura en espectáculo, con marcada intencionalidad sociopolítica, para acortar las distancias entre la demencia y la realidad en nuestros días.

La pieza toma inspiración en los personajes y argumentos de la obra “Mis 500 Locos” del médico psiquíatra Antonio Zagul, quien al igual que Claudio Rivera, usa la temática de la locura para lanzar duras críticas al régimen de turno. La dirección a cargo de Rivera, organiza los alegatos escénicos de los personajes frente a la injusticia moral, económica y política de nuestra realidad actual.

La escenografía es utilizada, sin mayores pretensiones, más que para señalar el lugar donde se sitúa la obra, en el Kilómetro 28 de la carretera Duarte, terreno que durante muchos años alojó el centro de enfermos mentales.
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El desarrollo de la acción dramática se desenvuelve de forma no convencional, escenas inconexas, casi ausencia de diálogos, sólo la “enfermera” consigue conducir el conjunto en el tramado general del espectáculo con sus intervenciones y terapias. Sin embargo, la obra logra conectar de manera rotunda con los espectadores, los parlamentos y ocurrencias de los personajes consiguen calar en los presentes: risas, cantos, bailes trasforman la visita al 28 en un momento ameno, reflexivo y caótico.

Las actuaciones están basadas en la técnica CLAW, la cual plantea rigurosos entrenamientos actorales, razón por la cual, los cuerpos de los y las actuantes del espectáculo, retomaban la máscaras y posiciones corporales propio de la tradición circense y “La Comedia de'll Arte”. Cabe destacar, la singular gracia y credibilidad que despertaban los personajes de Claudio Rivera y Cinthia Almonte, sin restarle importancia a las interpretaciones de Viena González y José Ramón Tomas.

La riqueza de la obra la constituye la versatilidad de los actores, el ritmo creciente de las escenas, el humor político e ironía de sus soliloquios, y las conexiones significativas desde lo popular y lo urbano hacia la realidad misma.

El teatro es una fuente inagotable de nuevas miradas al mundo, que muchas veces extremasen nuestra manera habitual de comprenderlo ….Claudio Rivera , nos convence en la escena de que la pobreza, la opresión es una forma de locura que cuenta con la aprobación de muchos cuerdos….Entre ellos, sin saberlo:
! nosotros ¡




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